Pienso en “la
confianza”...y me parece que es el nudo de la mayoría de los conflictos que
hay en las parejas. Muchas personas, mujeres y hombres, prefieren escapar a
una relación por miedo a sufrir una traición, o peor aún, para no sufrir la
amenaza de la traición, que es un estado que sólo lo puedo comparar con
la náusea, porque es como la antesala de algo peor que no termina de llegar. Y
todos sabemos lo espantoso que es estar en un estado prolongado de náuseas.
Cuando uno entra en ese estado, es lógico que quiera salir de él como sea,
aunque eso implique renunciar a un amor o a un proyecto, o a ambos. Porque uno
quiere que la náusea termine, simplemente. Entonces, muchas parejas encuentran
su fin de un modo que tiene más que ver con sus más íntimos temores que con decepciones concretas.
Pero, es posible amar
sin miedo?
La realidad es que la
mayoría de las veces, cuanto más se ama, más voltaje hay en todos los centros
sensoriales. Es un poco parecido al dinero: todos queremos tener suficiente
como para no preocuparnos...pero el tener suficiente dinero acarrea
preocupación de perderlo. Y eso es un círculo perpetuo. Es la serpiente que se
come su propia cola.
Pienso que si hay un
modo de salvar una relación del fracaso o de la nada, este modo es tratar de
salir del propio centro sensorial, que a menudo se convierte como en una
fortaleza llena de sensores donde mucha gente vive, atrincherada, evaluando los
informes que le llegan a través de todas las antenas y decidiendo las cosas que
le pueden o no provocar dolor.
Se parece un poco al
sistema de defensa de una súper-potencia: está basado en el miedo. En el miedo
al ataque externo. (Y en el miedo al dolor, en el caso de una persona).
Lo notable (y terrible,
por cierto) es que a menudo, esta forma de pensamiento y de percepción del
Universo circundante termina llevando a la súper-potencia directo a esa guerra
que tanto teme. (Y al dolor a la persona que no logra escapar de
este esquema mental)
En cambio, habría que
salir del bunker, dejar el chaleco blindado un rato, apagar las antenas
informativas y dejar sólo encendidas las sensoriales básicas.
Aprender a leer el
lenguaje gestual, el corporal y el verbal, también. Porque si el amor existe,
se dibujará en todos los gestos de la persona que lo experimente.
La verdad de una persona
está escrita largamente más en esos códigos que en toda la información que se
pueda reunir por todos los medios posibles. Es más, imagino que si para confiar
en alguien se tuviera que reunir toda la información posible de esa persona, sin duda
terminaríamos armando una imagen extraña de la persona, porque la
decodificación de toda esa información es a menudo, algo caprichoso y
arbitrario. (Además, es una imposibilidad práctica saber absolutamente todo de
alguien, porque todo ser humano tiende al infinito en los detalles de su
existencia, lo que convierte esta empresa en un imposible y una fuente
garantizada de angustia)
En cambio, si nos
quedamos con lo que esa persona nos genera sensorialmente, estaremos en un 90%
más cerca de conocer realmente a alguien. A veces creo que incluso hablar no
haría falta para conocer a alguien, sino que bastaría con mirar a los ojos para
saberlo todo. Mejor dicho, para sentirlo todo.
Aún así, insisto...es
posible amar sin miedo?
Es tan posible amar sin
miedo como jugar la final de la Copa del Mundo sin miedo a perder...
Aún así, vamos a
desistir en los vestuarios y a renunciar a salir a la cancha por miedo al dolor
del eventual fracaso?
Mi opinión es que todo
depende de dónde nos ubiquemos cuando estemos frente a un escenario de
agitación o de angustia. Y el amor decididamente es por definición, un
escenario de agitación.
Si permanecemos
atrincherados en nuestro centro, observando a la persona amada como una
potencial amenaza, será muy difícil disipar la angustia. La solución es
desprenderse del centro (que tal vez los terapeutas llamarían ego) Y al
menos por un rato, hacer el ejercicio de observar todo desde un punto de vista
que no sea el bunker personal de cada uno.
Por otra parte, no lo han pensado? Si fuéramos caminando por un campo y viéramos un bunker fortificado, armado hasta los dientes...pensaríamos que esa persona quiere defenderse o más bien atacar?
Por otra parte, no lo han pensado? Si fuéramos caminando por un campo y viéramos un bunker fortificado, armado hasta los dientes...pensaríamos que esa persona quiere defenderse o más bien atacar?
Hay que salir del
bunker, ese lugar supuestamente seguro, que en esencia, yo llamaría “la
mente” (Aunque aquí entraría en una polémica larga e infructuosa con todos
los que consideran que “la mente” es todo el ser, cuestión en la que discrepo y coincido con el pensador alemán Eckhart Tolle : una cosa
es “la mente” y otra es “el ser”)
Hay señales que ayudan a reconocer cuando uno
está sin darse cuenta en un bunker.
Estamos más predispuestos a "pensar mal" que a "pensar bien" acerca de alguien que supuestamente queremos?
Estamos más predispuestos a "pensar mal" que a "pensar bien" acerca de alguien que supuestamente queremos?
La misma persona puede
generarnos sensaciones sublimes y desagradables de acuerdo a cómo se acomoden
nuestros pensamientos?
Somos capaces de imponer las virtudes sobre los defectos de esa persona?
Cuántos de esos defectos son reales y cuántos son un producto de la interpretación de la información que nos llega?
Estamos hambrientos de
estar al tanto de todo lo que vive y vivió la persona que supuestamente amamos?
Esas son otras señales
características del miedo.
Diría que el miedo
es la verdadera pandemia de la Modernidad.
Y el miedo ataca desde
todos los frentes, más todavía en lo que se refiere a lo afectivo.
Aquí, funcionarían muy bien por lo menos 3 de los 4 "Acuerdos Toltecas" que una vez lei en un libro, y que son:
1) No hagas suposiciones
2) Se impecable con tus palabras
3) No tomes nada como personal
(el 4to Acuerdo se refiere a hacer siempre el máximo de lo que se puede hacer en una situación determinada)
Aquí, funcionarían muy bien por lo menos 3 de los 4 "Acuerdos Toltecas" que una vez lei en un libro, y que son:
1) No hagas suposiciones
2) Se impecable con tus palabras
3) No tomes nada como personal
(el 4to Acuerdo se refiere a hacer siempre el máximo de lo que se puede hacer en una situación determinada)
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