martes, mayo 08, 2012

Piloto automático


Entro al shop de una estación de servicio. Hay mucha actividad. Cuando estoy por pagar el empleado de la gorra me pregunta con tono monocorde "Quiere aprovechar alguna de nuestras promociones? Tenemos..." Lo corto con un "Si" rápido, porque quiero ahorrarle el  versito, y tomo dos chocolates de la promo. Ahora sí, voy a pagar, pero el chico me vuelve a decir con el mismo tono de autómata: "Quiere aprovechar alguna de nuestras pro..." En ese momento lo miro y el pibe se da cuenta que ya me lo dijo...así que se disculpa y yo me quedo pensando.
Así andamos casi todos en este mundito nuestro: con piloto automático. Ese chico de la gorra repite esa frase tal vez 1000 veces en su turno de trabajo. Se parece a cuando alguien te dice "Qué tal? Qué has hecho?" pero se nota que apretó el play y soltó la pregunta simplemente para justificar que está ahí, más bien para tirar la pelota y seguir hundido en su mundo privado. A veces da la sensación incluso que espera una respuesta automática semejante y que agradecerá encarecidamente que no te lo tomes muy en serio si te pregunta "Cómo andás?"                                                                
Una frase que se ha propagado como un virus en las lenguas de la gente apurada que no se conecta con el prójimo es "Todo bien, todo tranquilo". A veces se dice incluso tan automáticamente que suena "Tobié, tótranquilo". Yo la he escuchado incluso de boca de duelistas, espalda con espalda en la niebla del amanecer...
Adónde vamos tan apurados? Qué hay más importante que los ojos de la persona que está enfrente? Qué es mejor que escuchar "Cómo estás?" y luego el silencio de la escucha sincera e interesada?
Hay que tirar al diablo el maldito piloto automático. Hay que poner el alma al volante y que sea lo que Dios quiera. Y hay que parar,pero parar de verdad un rato, clavar los frenos a la hora de decir o escuchar "Cómo estás?".  Aunque la mayoría de las veces será como correr por una espada y frenar con los talones, pero habrá que hacerlo, porque de verdad les digo a todos: no vamos a ningún lado. En serio. Casi ninguna de las cosas supuestamente importantes por las que corremos importan.
Solo eso.
Y me voy, que estoy apurado...
                                                                                                                      Andrés Mazzitelli